lunes, 10 de enero de 2011

miniatura

   Apenas volviste a apagar la luz, escuché el trazo de la gillete sobre el vidrio de la mesa.
   Intento alzar el torso, lamer los bisturíes para evitar palabreríos, pero caes, ágil, sobre la falda larga de mi vestido, el que no has sabido quitarme, para impedir que me vaya. Y yo no quiero hablar.
   Vienes en pos de la miniatura de desamor que te di una vez, a desgranarme en mil hilos rojos, chorreantes de escorias luzazules, solventes de la oscura casa sin ventanas.
 
   Los gajos del diario de hoy anuncian un período de infertilidad. Y es lo que ocurre.
   Nada de cántaros rebalsados.
   Nada bajo el brazo.
   La hambruna y la anemia en un solo frasco de estatismo.
   Y tu paladar,
       lleno de agua dulce...

martes, 4 de enero de 2011

veintitrés lluvias y una atadura

A goterones   a gotazas
el duraznero baila y ataja el choque del gimoteo de los nubarrones.
Cae agua de los techos
se mojan las escaleras...

[y el cumpleaños queda con las sillas vacías...]

Pasa
comúnmente
que este campo de perros con sueño dispara patios inundados
inmola a las puertas de madera
humedecidas
casi tuertas
y escarcha el alero que trae vejez, una más...

Llueve de abajo hacia arriba en esta casa dada vueltas
y quien tendría que estar dentro, está juntando margaritas
y quien tendría que recibir regalos, está triste con el pecho abierto
y quien debería salir con valijas
no es más que un cuerpo con grilletes...